En cinco imagines
Murano, octubre de 2013 |
Hace más o menos un año (octubre de 2013), antes de empezar con esta historia yo era este. En aquel momento todo parecía ir bien, con los achaques propios, y alguno más, de la edad que iba cumpliendo.
4 de noviembre de 2014 |
El primer cambio que sufrí fue, por imperativo necesario, para realizar la biopsia correspondiente para la operación de extracción de uno de los nódulos que me crecieron en el pulmón derecho. Pa-ra adaptarse mejor la mascarilla del oxigeno a la cara, según me dijo la doctora encargada del supervisar las pruebas del pre-operatorio, era esencial afeitarme la barba, que hacia más de 42 años iba conmigo. Y así lo hice y así me quedé.
8 de noviembre de 2014 |
Al cabo de pocos días, todavía en el Hospital, sometido al régimen de la institución y sin poder valerme por mi mismo, la barba empezó a aparecer por el rostro. El resultado de la biopsia fue el esperado determinando que el tipo de cáncer era un carcinoma escamoso infiltrante.
Inmediatamente me puse en manos del equipo de oncólogos del propio hospital y, después de estudiar mi caso decidieron iniciar la terapia a base quimioterapia. Por esa fecha ya me había vuelto a crecer la barba y este era el aspecto que presentaba.
Al levantarme, por la maña-na, al sexto día después de la primera sesión de quimioterapia, en un acto reflejo me toqué la cabeza y cuando retiré la mano vi que tenía un mechón de pelo en la mano. Lo mismo me pasó con la barba. Ante esta situación llamé por teléfono a mi peluquera y me cortó el pelo el máximo que pudo y me afeitó la barba. Ahora este es mi aspecto.
5 de diciembre de 2014 |
Inmediatamente me puse en manos del equipo de oncólogos del propio hospital y, después de estudiar mi caso decidieron iniciar la terapia a base quimioterapia. Por esa fecha ya me había vuelto a crecer la barba y este era el aspecto que presentaba.
28 de diciembre de 2014 |
Al levantarme, por la maña-na, al sexto día después de la primera sesión de quimioterapia, en un acto reflejo me toqué la cabeza y cuando retiré la mano vi que tenía un mechón de pelo en la mano. Lo mismo me pasó con la barba. Ante esta situación llamé por teléfono a mi peluquera y me cortó el pelo el máximo que pudo y me afeitó la barba. Ahora este es mi aspecto.
Animo,Jose Maria, tu puedes!!!
ResponderEliminarUn abrazo
Maite Graupera